Oigo hablar mucho últimamente sobre el paso del tiempo. ¿Cómo es posible que ya estemos en julio? ¿Cómo es posible que ya se esté ACABANDO julio? A veces dan ganas de tirar de alguna especie de freno de mano de la vida, porque chica, tempus fugit, ¡esta velocidad nos tiene locas! Y es que hace exactamente un año que este proyecto salía a la luz, por eso he hecho el ejercicio de parar un poco y repasar (me sigue pareciendo imposible) lo que la galería ha recorrido desde julio de 2021.
No os voy a mentir, montar una galería de arte es un proceso muy bonito, pero no es sencillo. Desde hace un año mi vida es una toma de decisiones constante –perfecto para una persona con la inseguridad por las nubes–. La experiencia y la intuición son dos ejes fundamentales, tienes que confiar en ellas, pero también ayuda rodearse de un equipo bonito de personas. Como diría Love of Lesbian: «Qué suerte que aún hay gente que lo hace fácil», podéis conocerlas pinchando aquí.
Aún así, una sola persona al frente de un proyecto siempre será complicado. Tiene sus más y sus menos, pero se intenta que compense el poder dedicarte a lo que siempre has querido: ser testigo del nacimiento de nuevas obras de arte y participar en esta creación, ayudar en las decisiones en torno al color, el soporte, la forma, los materiales. Llevar a cabo las tasaciones y estimaciones de precios, los ejemplares de la obra seriada, rezar para que todo funcione, ir al fisio, comprar el embalaje y hacer frente a los problemas de espacio que sufrimos las galerías online (¡hola Luis!).
La visita al estudio de una artista siempre será mi parte favorita de todo el proceso. He hablado más de una vez de esto, porque me resulta fascinante entrar en su universo, ver y comprender partes de su trabajo e ideas que normalmente no se ven, que se quedan allí atrapadas en libros consultados, cuadernos de bocetos, descartes de obras –(o mi frase favorita: ¿cómo que esto no vale? Te digo yo a ti que sí)–, anotaciones, obras que no saben cómo continuar y que han dejado respirar en un rinconcito…
Esta es una parte fundamental en el trabajo de un galerista: el acompañamiento y asesoramiento, decidir tiempos, ver detalles. Formar parte del proceso de una obra es una experiencia mágica. También de su resultado final, valor, planear exposiciones y próximas ferias. Los siguientes pasos. Pero, sobre todo, crear una relación profesional basada en la confianza y en las buenas prácticas, ser transparente en todo con las artistas y, lo que más me gusta, motivarlas para seguir creando. Una motivación recíproca, por cierto.
Y aunque llega un punto de tu vida que parece que solo se basa en reuniones, sentarte con ellas, hablar y decidir objetivos es siempre un chute de energía que ni tres botellines de Fritz-kola.
Uno de los objetivos clave de este proyecto es la promoción y visibilidad de mujeres artistas actuales, el impulso de sus carreras en el panorama y mercado artístico español. Darlas a conocer y aumentar los porcentajes de representación. Puedes leer más aquí. Esto se consigue con un trabajo constante, mi presencia en eventos, exposiciones, ferias… es esencial: yo me doy a conocer y mi proyecto también. Al igual que estar en contacto con otros profesionales del sector y generar redes. También el trabajo digital, la presencia en las redes sociales (que con los últimos cambios en Instagram una ya no sabe si es galerista o si hacerse tiktoker). Llevar al día toda una programación de estrategias y contenido, de publicidad, luchar contra el algoritmo… –Típico momento en que se pone la pantalla del móvil en negro y ves reflejadas tus ojeras–; mantener la web al día, lanzar newsletter y todo en una espiral de ensayo-error. Pero compensa cuando se recogen los frutos: la primera venta (¡la obra viajó a Alemania!), la primera feria, desvirtualizar a tantas personas en estos encuentros de arte; entrevistas, ponencias, viajar y pisar por primera vez ciudades como Burgos, Valencia, Zaragoza o Huelva.
Los objetivos más importantes cumplidos en menos de un año: la incorporación de las obras de Virginia Rivas e Isabel Flores a la Colección del Museo de Cáceres a través de la Junta de Extremadura y la participación en una de las principales ferias de arte contemporáneo de la Semana del Arte de Madrid: JustMad 2022.
Estoy súper agradecida con todo el amor que he recibido durante todo este primer año de vida de la galería, con todo el apoyo y lo que me habéis ayudado a crecer. Ahora estamos en pleno proceso de fijar nuevas metas y objetivos y seguir trabajando sin descanso pero con muchísimas ganas en las novedades que presentaremos muy prontito. Y también deseado descubrir todo lo que está por venir 🤍 ¡Gracias por seguirnos siempre!
Fotografías: Paula Rosell © 2021 – 2022. Galería Beatriz Pereira