Pattern Reveal es una exposición individual de Isabel Flores, que tuvo lugar del 29 de septiembre al 9 de noviembre de 202o, en la Sala de exposiciones Santa Clara de Mérida, organizada por la Junta de Extremadura y comisariada por Beatriz Pereira.
El intersticio entre las formas y la revelación de la mirada
Intersticio es el pequeño espacio que media entre dos cuerpos, como el que se intuye entre las geometrías, el roce de las telas entre sí o la sensación entre estas y quien las transita.
Jugando con el intersticio, Isabel Flores aleja la intención de la mera contemplación, convirtiendo la pintura en un ejercicio depercepción que no queda relegado al convencional cubo blanco. Fuera del espacio aséptico, Pattern Reveal está concebida para ser recorrida, atravesada; para envolver al espectador y abstraerlo, en un proceso similar al que sesometieron las formas y conceptos en su estudio.
Isabel Flores utiliza la serigrafía como herramienta para pintar. La artista nos cuenta que la repetición de estampaciones sobre la mesa de trabajo, un proceso de repetición en sí, favorece la presencia del rastro/resto de la pintura. Con el ejercicio de repetición en el proceso de creación y la repetición en las formas ornamentales serigrafiadas y pintadas, «oficio y creatividad se unifican al lograr esos momentos álgidos que transforman lo conocido y hacen vislumbrar lo oculto». En ese sentido de lo oculto, Isabel Flores también nos muestra la cara oculta de la pintura, aquella que muy pocas veces tenemos la oportunidad de ver, pues en este juego entre el hacer y el soporte –una ligera gasa semitransparente– podemos observar la parte trasera del material y tras este, no solo la transparencia de la pintura, impresa en la cara convencional, si no también restos de pintura arrancada de la mesa de trabajo, es decir, la memoria del proceso y es que, como afirma Daniel Buren, «la gran belleza de la obra de arte radica sin duda en que todas las interacciones que la han acabado generando siguen visibles en la pieza acabada, lo que la hace delicada y abierta sin alterar su equilibrio».
Ya en el espacio expositivo, los cuerpos pintados, planos, casi estáticos del muro entran en consonancia con aquellos enmovimiento y tridimensionales, ya sea tela o visitante completando un circuito de estímulos visuales y corpóreos, como quien asiste a una performance que únicamente se activa cuando el espectador entra en el espacio, como un happening que permite a laartista experimentar con el movimiento del cuerpo en relación a la pintura y el ornamento como medio expansivo. […] » extracto del texto de Beatriz Pereira contenido en el catálogo de la exposición.