Me empeño en que todo el mundo se aproxime a la pintura y al trabajo con las manos como herramienta de autocuidado.
Marina Benito
Marina Benito (Madrid, 1985) es ilustradora y artista plástica. Estudió Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid y pasó un año en Milán, formándose en diseño gráfico en la Universidad Politécnica de Milán.
Ha compaginado el desarrollo de obra gráfica y proyectos propios con la gestión cultural, trabajando para la Fundación Santander y en plataformas como La Colmena, que busca dar visibilidad a artistas y comisarios. En cuanto a la pintura, su trabajo gira en torno al color, la estética cotidiana y el lenguaje; descontextualizando elementos naturales al sacarlos del entorno que le es propio, y centrándose en el elemento representado.
Entre sus exposiciones destacan la colectiva Mad Cool Gallery en 2019 o Perspectivas e Identidades, en Galería Nueva (Madrid), con Galería Beatriz Pereira e Inéditad y las individuales Resistencia cromática (2022) y Pintar un Patio (2024), comisariadas por Óscar Manrique.
Para conocerte más, háblanos sobre tu formación y tus primeros pasos como artista
Soy licenciada en Bellas Artes, estudié en la Universidad Complutense de Madrid, y he pintado y dibujado desde siempre. Al sentirme siempre tan ligada a la pintura, creo que no soy capaz de hablar de primeros pasos; si no que ha sido un proceso orgánico, algo que ha formado siempre parte de mí.
El lugar donde todo sucede: el estudio del artista. Uno de los lugares donde más tiempo pasas. Donde reinan y conviven el orden y el desorden, las ideas y su materialización, ¿cómo es en tu caso?
En mi caso es bastante normal y diría que más o menos ordenado: es amplio, con un par de mesas, y un caballete –a menudo sustituido por el suelo–. En realidad mi forma de pintar es sencilla y limpia, ya que no hago formatos enormes ni uso brochas o espátulas, así que puede recogerse y usarse para otra cosa; además también hago mucha ilustración digital, o papelería creativa, y uso acrílico, que es muy cómodo.
Algo que me está haciendo muy feliz es que ahora comparto un estudio con otros compañeros, Le Bâtiment Studio, en Usera, un espacio precioso y súper luminoso donde hago talleres, y organizaremos cosas chulas entre todos de cara a Navidad 🙂 ¡estos días contaré más!
Comenzar una obra o un proyecto siempre es complicado, como enfrentarse al papel en blanco. Cuéntanos cómo es ese proceso de inicio de una obra o proyecto nuevo
También es muy bonito: a mí me encanta la hoja en blanco. Suelo trabajar en series, entonces me imagino todo con una continuidad, por lo que para ver si tiene sentido, suelo trabajar con bocetos. En digital o en papel, y ya de ahí paso al papel original o lienzo, que cada vez estoy haciendo más.
Una próxima meta que tengas en mente y quieras alcanzar
Más que una meta, tengo un sueño desde hace mucho: tener un espacio abierto a todos del que poder disponer al 100%, donde pasen cosas. Es decir, donde poder impartir talleres, y residencias o retiros, y donde venga gente a la que admiro a enseñar otras disciplinas y cosas bonitas, y quien quiera aprender, aunque no sea profesional, y nunca haya probado antes, pueda hacerlo, y atreverse a crear y experimentar libremente. Esa es la base de mi trabajo también: me empeño en que todo el mundo se aproxime a la pintura y al trabajo con las manos como herramienta de autocuidado, creatividad, relajación y atención plena.
Archiconocida por tu pintura botánica, en los últimos años has iniciado un proceso de zoom y abstracción de las plantas, ¿podrías hablarnos más sobre este interés?
Bueno, esto lo concibo como un homenaje al proceso artesanal, una forma de honrar cualquier disciplina artística y lo hecho con las manos. Aunque parte de una idea figurativa y muy recurrente (observar las flores), es una excusa para trabajar –y recrearme– en la pintura, el color, y la forma. Es una manera de observar de verdad, con detenimiento. A mí me cuesta muchísimo concentrarme en lo que sea; suelo pasar de una actividad a otra y frustrarme por no terminar cosas, y esto, también es terapéutico.
Háblanos de la serie Azulejos...
Diría que viene de la observación del entorno, como todo lo demás. Aparte que me encanta la tradición, lo hecho a mano, y los procesos artesanales. Durante el tiempo que estuve en Lisboa, me fijaba en todas las fachadas, me parecía de una belleza y un cuidado increíble el vestir así los edificios. Al igual que las plantas forman parte del entorno, también lo hace la ornamentación, la forma en la que percibimos un motivo o una idea, y cómo se simplifica en colores y formas.
Para la serie disponible en la galería, me parecía interesante partir de la flor como elemento natural, muy detallada y observada, y terminar en la flor como ornamentación, simplificada y llevada a la repetición del diseño.
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